Miles de personas que buscaban huir a pie de Afganistán se concentraron en las fronteras. En la capital había largas colas frente en los bancos, esperando la reapertura, luego de varios días tras la toma del poder por parte de los talibanes.
Con el aeropuerto de Kabul sin poder operar, los esfuerzos privados para ayudar a los afganos, temerosos de las represalias de los talibanes, se centran en organizar el paso seguro a través de las fronteras de la nación sin salida al mar con Irán, Pakistán y los estados de Asia Central.
En Torkham, uno de los principales pasos fronterizos con Pakistán, al este del paso de Khyber, un gran número de personas esperaba del lado afgano la apertura del tránsito. El puesto fronterizo de Islam Qala, entre Afganistán e Irán, también estaba colmado. Más de 123.000 personas fueron evacuadas de Kabul en el puente aéreo liderado por Estados Unidos después de que la caída de la ciudad, el 15 de agosto, pero decenas de miles de afganos en peligro se quedaron atrás.
Los talibanes están en conversaciones con Qatar y Turquía sobre la mejor forma de operar el aeropuerto de Kabul, dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, pero podrían pasar semanas para avanzar en la tarea.
La frontera de Uzbekistán con el norte de Afganistán permanecía cerrada, pero su gobierno dijo que asistiría a los afganos en tránsito a Alemania por avión, una vez que los vuelos se reanuden.
Dos semanas después de que la irrupción de los talibanes en Kabul pusiera fin a 20 años de guerra, el grupo aún no ha nombrado un nuevo gobierno ni ha revelado cómo pretende gobernar. (Reuters)